¿Qué me ha traído el mundo Covid-19?

Artículo de Argelia García, CEO y socia fundadora de ToGrowFy.

Como deportista sé que cuando todo se desmorona hay que volver a los básicos. Y eso he aplicado para transitar por el nuevo mundo Covid, inexplorado, impredecible, incierto e inseguro.

Estar cerca de las personas.

Es mi mantra principal. Cuando todo se complica, u ocurre una desgracia… lo primero es atender a las personas. Según mi propia experiencia, si haces eso, después las personas se convierten en parte de la solución, sino probablemente se conviertan en parte del problema.

Así, mi primera decisión, cuando se detectó el primer caso de COVID-19 en el edificio, fue irnos a casa y activar el teletrabajo para todo el equipo. Recuerdo que en esos momentos pensé que sería muy incómodo trabajar en la oficina pensando todo el rato en si estaría o no el virus rondando por ahí… Por ese motivo opté por irnos a casa, probar los sistemas, ir al súper a rellenar la nevera para que, cuando llegara la avalancha, ya estuviéramos todo el equipo funcionando desde casa. Aunque también he de reconocer que me surgió la duda de si quizás estaba exagerando un poco al tomar la medida.

Aunque ya éramos usuarios del teletrabajo, nunca habíamos estado todos haciéndolo simultáneamente. Resultó sencillo. Empezamos con Skype abierto, pasamos a Teams rápidamente y a Zoom para las reuniones de más de 4. Reuniones diarias por departamento y particulares por proyecto, una gran reunión semanal el viernes (primero con café y después, mucho más alegre, con el aperitivo). Y no podía faltar el mensaje de buenos días diario en el grupo de whatsapp de ToGrowfy. Whatsapp también ha sido de mucha ayuda para los mensajes, para llamarnos y videollamarnos sobre todo a dos, aunque las de grupo han sido un descubrimiento interesante.

Hemos reído, hemos llorado más de lo que hubiéramos querido, hemos trabajado sin descanso para ayudar a nuestros clientes, muchos con diferentes necesidades, y todos en una nueva legalidad que ha cambiado sin horario, de día, de noche, en domingo. Afortunadamente hemos podido trabajar en equipo todo ese nuevo marco y apoyarnos los unos en los otros, compartir conocimiento, decisiones, emociones y valores. Ha sido fácil porque teníamos unas buenas bases. Donde no llegaba uno, llegaba otra, y eso tiene la virtud de quitarte todo el estrés.

Para nosotros también era importantísimo estar más cerca que nunca de nuestros clientes. Y lo hemos conseguido. Llamarles para saber cómo estaban, conocer su situación, sus necesidades y su evolución ha sido nuestra obsesión desde el minuto 1 y lo que nos ha guiado a ampliar servicios, a organizar nuevas formaciones Open Working Webinars y a poner en marcha herramientas como whatsapp business.

Estar cerca de las personas nos ha llevado a abrir nuestros conocimientos a las empresas que quisieran aprovecharlos, generando contenidos como vídeos, posts y webinars abiertos a todos.

Nos ha llevado también a compartir reflexiones con colegas y crear proyectos como las sesiones “Equipaje para un mundo nuevo” con Isabel Nogueroles de Liderazgo 3D, donde compartimos nuestra experiencia en estos primeros 60 días COVID ayudando a más de 200 empresas de diversos tamaños, sectores, y situaciones diferentes (algunas han tenido que duplicar turno, facturan un 30%, las que van bien pero no saben cómo vender o tienen miedo a no cobrar, hasta las que han pasado a 0 ingresos…). Todos son mundos de este entorno COVID.

Necesitamos todo el talento y colaboración posible para equiparnos, sobrevivir y ser capaces incluso de crecer apoyándonos en las oportunidades que las situaciones disruptivas siempre traen consigo.

En estos días me acuerdo mucho de mis crisis personales, de esos momentos en que mi mundo cambió de repente y me exigió recomponerme, cambiar mis prioridades y, por encima de todo, focalizarme en el presente.

Focalizarme en el presente.

Ese es mi segundo mantra en momentos críticos, cuando todo se complica, cuando pinta mal o muy mal pienso en superar cada momento y olvidar el largo plazo. Mantener una visión de futuro de supervivencia y superación, concentrada en el ahora.

Es como un diagnóstico de cáncer, tu agenda se cancela, lo único que importa es el próximo paso y los resultados que dé. Porque nadie te asegura cómo irá, solo te explican las opciones con un “si” condicional delante. No puedes pensar en una estrategia, solo en pasar el día de hoy lo mejor posible.

Eso requiere aceptación, algo clave que nos permite empezar a adaptarnos a la nueva realidad, no sirve de nada oponerse, criticar o quejarse, solo aceptar y plantear cómo vamos a convivir y superarlo.

Poner un régimen de vida razonable, comer y dormir bien, mantener una rutina de ejercicio y apoyarte en tu red social (a distancia) son claves que ayudan de forma esencial a conservar la cordura y la capacidad de enfrentar la adversidad.

Pensar en los problemas presentes que tienes que resolver, los de hoy, te permite pasar esa pantalla y llegar a mañana. Eso nos ha acercado enormemente a nuestros clientes y al equipo, porque el caos genera miedo y el miedo requiere soluciones. Al final nuestra conclusión es: todo cambia, pero mis personas siguen ahí y siempre están conmigo.

Y así vamos viviendo este tiempo, guardando las americanas y el presupuesto anual en el armario, guiándonos por el plan de contingencia, con vida social en Zoom, entendiendo las diferencias esenciales entre mascarillas, siguiendo las noticias de Corea y el Worldometer, para intentar entender qué podemos ir esperando.

Cada vez estoy más segura de que todo irá bien, lo veo en los ojos de esos CEO’s inquiet@s que han decidido que van a salir adelante. ¡Y eso no lo para nadie!

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