Artículo de Argelia García, socia fundadora y CEO de ToGrowfy

Como emprendedora y CEO de una empresa, en estos momentos se convierte en algo casi imprescindible respirar hondo, mantener la calma, y por supuesto estar más pendientes que nunca de los números de la empresa. Esto significa mirar a largo plazo sin perder de vista el corto. Porque queramos o no, eso no importa, nos toca ser funambulistas, defender las fuentes de rentabilidad que mantienen ahora la compañía y, a la vez, impulsar las fuentes de rentabilidad futura. Nadie dijo que dirigir una compañía fuera fácil.

Os confieso que, en este contexto tan cambiante que nos ha tocado vivir, me resulta de gran ayuda contar con una Gestión Económica Inteligente. Es crucial disponer de una información completa, fiable y tiempo para que podamos tomar las mejores decisiones, sin que sea demasiado tarde. Y es que no hay nada que dé más coraje que eso de “si lo hubiera sabido antes, habría…”. Tomar el control es la mejor medicina preventiva.

Por eso, para evitar estos posibles sobresaltos de última hora es aconsejable llevar un seguimiento actualizado de las propias cuentas para que podamos anticiparnos a cualquier imprevisto o problema que pueda surgir. Tanto si es positivo como negativo, cuanto antes lo sepamos mejor. Algo que ocurre en la vida personal y también en la empresarial.

Es un gran reto para el que necesitamos que se involucre todo el equipo que conforma el área económica-administrativa. Es urgente que se olviden de una vez por todas de esas tareas repetitivas “robatiempos” que no aportan nada de valor, y que se centren en analizar. En interpretar esas cifras. Eso es lo que aporta realmente valor a las empresas, y no mover papeles de aquí para allá. Eso quedó atrás.

Porque en realidad ya no queda trabajo repetitivo ni manual en un área administrativa-financiera bien gestionada. Y el buen líder es consciente de ello y trabaja para transformar esta área e integrarla de Directores Financieros 4.0.

Directores Financieros 4.0,

El Director Financiero 4.0, la pieza revolucionaria e imprescindible de la empresa innovadora

El tener una cierta edad te permite mirar al pasado con cierta perspectiva. Y el haber trabajado como consejera de estrategia para un gran número de empresas también.

Por eso os confesaré algo que he detectado en un buen número de compañías, y que todavía hoy me sigue sorprendiendo. ¿Por qué se omite la presencia de los financieros en los equipos que lideran la estrategia? Han pasado los años, y todavía me pregunto el motivo.

Con lo importante que es que todos los elementos de la empresa se combinen en un perfecto equilibrio y sean dirigidos conjuntamente en una determinada dirección si queremos conseguir el objetivo. ¿Cómo se puede prescindir de una pieza tan importante del puzle?

En algunas ocasiones he escuchado decir que los directores financieros somos enemigos de la innovación. Algo en lo que discrepo completamente, pero que puedo llegar a entender en esa época en la que el perfil mayoritario era el de un financiero apegado al modelo de negocio estable generador de rentabilidades “seguras”.

Sin embargo, el “financiero 4.0” es precisamente el que entiende el verdadero sentido de la innovación, porque conoce los mecanismos de generación de rentabilidad y sabe que tiene que proteger la innovación como generadora de beneficios y flujos de caja futura. ¿Cómo no van a formar parte, entonces, del equipo que lidera la estrategia de la empresa?

Soy consciente de que la innovación disruptiva es difícil que nazca en las corporaciones. Hay que trabajar distintas vías de colaboración para encontrar las nuevas formas de hacer que renovarán nuestra propuesta de valor. Eso pasa por buscar startups, trabajar el corporate venturing, hacer hackatones… Y para ello es vital que el área financiera no solo entienda, sino que impulse ese cambio como generador de los cash flow futuros.

Para eso precisamos un financiero amigo de la tecnología, que sepa lo que aporta tanto para optimizar como para cambiar la forma de atender las necesidades de los clientes. Y aquí está el secreto del éxito. En entender que nuestro objetivo es atender las necesidades de los clientes desde el segundo 1. Por eso los financieros no solo necesitamos saber de tecnología, sino también del proceso de venta.

Porque la transformación digital no va de tecnología, va de generar rentabilidad. Por eso es clave trabajar en equipo con visión de negocio, con personas de diferentes perfiles, para que la innovación genere rentabilidad y no se quede en el estadio de creatividad.

Las empresas de hoy necesitan de directores financieros 4.0. Financieros sólidos y rigurosos, que no pierdan de vista los básicos, cobrar bien de los clientes y atender correctamente los pagos. Profesionales flexibles enfocados a negocio, que trabajen para generar la mejor experiencia cliente posible al coste más eficiente. Con una excelente relación con la tecnología, rozando el “friquismo” a poder ser, sin miedo a probar nuevas soluciones. Que no teman el “fracaso” o “prueba-error” que conlleva habitualmente toda implantación tecnológica. Porque, seamos honestos, no será seguramente un camino de rosas. Con alguna espina o pedrusco toparemos.

Y, por último, con un foco claro en las personas y el talento. Y ese quizás es el punto más complicado, el de gestionar las emociones del equipo, canalizarlas y orientarlas hacia la colaboración entre diferentes perfiles profesionales para conseguir juntos resultados de negocio que atiendan las necesidades de nuestros clientes.

El reto es mayúsculo. Pero la satisfacción de ver crecer la empresa, tu empresa, es mayor.

 

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