Artículo de Monika Blasco Racero, empresaria, fundadora de La-Original Communication, presidenta de ADE VALLÈS.
Querida Lidia,
Me pediste hace un tiempo que escribiera para tu blog, y de verdad que lo intentaba, pero las musas no llegaban. Sin embargo, que equivocada estaba.
Habían llegado y ellas me susurraban al oído palabras como: creatividad de Helena Fages, retos y proyectos nuevos de Merçe Marti y de Elena Ramirez, comunicación de Ruth Amat, evolución y estrategia de Cristina Masachs, inversión y startups de Helena Torras y Ana Rebollo, blockchain y seguridad cibernética de Montse Guardia y de Monica Espinosa, Barcelona y arte de Anna Gener, copos de nieve de Daniela Freund, personas comprometidas con la sociedad de Josi Hernansáez, equidad e igualdad en los puestos de dirección y consejos de administración de Anna Mercader y Belén Marron, justicia de María Eugenia Gay y Susana Bleier, perspectiva de género de Mar Gaya y Silvia Solanellas, feminismo de Blanca Moreno y Montse Vilamitjana, pasión de Virginia Dröm y Anna Casamian, amistad de Silvia Fores, entusiasmo de Montse Barcelo y Estrella García, paz de Ana Perez, fuerza de Nuria Soler, constancia de Lidia Codinach y María Freira Freiria, felicidad de Angels Baque, alas de mariposa de Natalie Detry, marca personal de Arancha Ruiz, perseverancia de Natalia Borovkova, trayectoria de Isabel Perea, sinceridad de Sandra LLavinia, clase de Mireia Font, liderazgo de Merçe Brey, superación de Mireia del Pozo, compromiso de Anna Caton, vida de Veronica Aguilar, verdadera y leal amistad de Blanca Gracia, amor de María López…
Lidia, en mi cabeza siguen resonando miles de palabras positivas asociadas a las grandes y fuertes mujeres que conozco y que me es imposible enumerarlas, como son las personas de la junta y socias de ADEVALLES, de Werockcapital, de 50 a 50, de EJECOM de ODEE, de Lean in Barcelona y un largo etc…, que pertenecen a asociaciones que he tenido el privilegio de conocer y aprender de ellas en estos últimos tiempos.
Leyendo a Eva Blanco me doy cuenta de que ella susurra la importancia de pertenecer a una empresa con los valores tan arraigados, dice que se enamoró de su empresa a los 5’ de entrar, y aún perdura después de 35 años, ¿hay algo más bonito que le puedan decir a una organización?
Mis amigas, mis “darlings” quienes me susurran tanto que tengo que poner orden a sus palabras, porque ellas son vida, son parte de mi esencia y de mi felicidad.
Tampoco me olvido de los grandes hombres que me ayudan en mi día a día, y que susurran palabras como: Tranquilidad de Jesus López, honestidad e igualdad de Jose María Torres y Eduard Poveda, seguridad de Albert Fontanet, familia Garikoitz Aristegui, amistad de Josep María Vallès, valores de Diego López, trabajo feliz de Joan Codol, te quiero padrina de mi ahijado Aran…
Pero finalmente, quien de verdad sus palabras susurran muy alto y fuerte, son las de mi madre, que, con su cultura precaria, tenía un MBA en amor y esa es la palabra clave, que siempre retumba en mi cabeza, por amor el mundo se mueve, por amor el cambio es capaz de lograrse, por amor el mundo es un lugar magnífico para vivir y ser vivido.
Lidia, me pediste un artículo para tu blog y este es el resultado de los susurros de mi cabeza,
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