El Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres se conmemora cada 25 de noviembre como una jornada mundial de denuncia, memoria y compromiso político y social frente a la violencia machista.
Esta fecha busca visibilizar que la violencia contra las mujeres no es un problema privado, sino una vulneración sistemática de los derechos humanos que exige respuestas integrales del Estado y de la sociedad.
Origen y reconocimiento internacional
La Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció oficialmente el 25 de noviembre como Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer en 1999, mediante la resolución 54/134, instando a gobiernos, organizaciones internacionales y sociedad civil a desarrollar actividades de sensibilización y prevención. La elección de la fecha está vinculada al asesinato de las hermanas Mirabal, activistas políticas dominicanas asesinadas en 1960, que se convirtieron en símbolo de la lucha contra las dictaduras y la violencia patriarcal.
Qué se denuncia este día
La ONU y organismos asociados recuerdan que la violencia contra las mujeres adopta múltiples formas: violencia física, sexual, psicológica, económica, digital, así como el feminicidio y las agresiones en conflictos armados. Este día subraya que la violencia de género se sostiene en relaciones de poder históricamente desiguales, que discriminan a las mujeres y obstaculizan la igualdad real, por lo que su erradicación implica transformar normas sociales, leyes y prácticas institucionales.
Una interpelación al compromiso y a la colaboración
Las agencias de Naciones Unidas insisten en que cada persona y cada institución tiene un papel en la prevención, desde la educación en igualdad hasta la denuncia activa de comportamientos y estructuras machistas. También se llama a los Estados a desarrollar políticas públicas robustas: marcos legales eficaces, recursos para la atención integral a las víctimas, estrategias de prevención y campañas permanentes de sensibilización.

El origen del mal. Las causas de la violencia machista
«Esta ansia irracional de dominio, de control y de poder sobre la otra persona, es la fuerza principal que alimenta la violencia doméstica entre las parejas» Luis Rojas Marcos, psiquiatra
Las causas de la violencia machista son multifactoriales y complejas, relacionadas con factores socioculturales, económicos, psicológicos y personales. Según una revisión sistemática reciente (2021-2024), entre los factores causales más destacados están el consumo de alcohol y drogas por parte de la pareja, las condiciones económicas adversas como desempleo y pobreza, y normas patriarcales que legitiman la autoridad masculina y perpetúan el machismo como forma de control y violencia (Stöckl & Sorenson, 2024; Mannellen et al., 2022).
Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la violencia de pareja y sexual contra la mujer resulta de factores que interactúan a nivel individual, familiar, comunitario y social. Estos incluyen bajo nivel educativo, exposición a violencia en la infancia, trastornos de personalidad antisocial, conductas masculinas dañinas, normas comunitarias que otorgan privilegios a los hombres, escaso acceso femenino a empleo, y leyes discriminatorias que mantienen la desigualdad de género (OMS, 2024).
En resumen, la violencia machista se explica por:
- Condiciones socioeconómicas desfavorables (pobreza, desempleo).
- Consumo de alcohol y drogas en la pareja.
- Socialización y normas culturales machistas que legitiman la dominación masculina.
- Desigualdad estructural y discriminación de género.
- Factores psicológicos y antecedentes de violencia familiar.
Estos factores se entrelazan para crear un contexto en el que la violencia contra las mujeres se mantiene y reproduce, afectando profundamente la salud física y mental de las víctimas
Sobre el sufrimiento y las cicatrices de las víctimas
«Amurallar el propio sufrimiento es arriesgarte a que te devore desde el interior» Frida Kahlo, pintora
El dolor y el sufrimiento de las víctimas de violencia machista son profundos y desgarradores, trascendiendo el daño físico para afectar su autoestima, salud mental y vida cotidiana.
Muchas mujeres viven en un constante estado de miedo, aislamiento y control, sintiéndose anuladas, inseguras e incluso sin fuerzas para denunciar. La violencia no solo destruye cuerpos, sino que roba la esperanza, genera heridas invisibles que persisten en el tiempo y a menudo conduce a un abismo de soledad y desesperación.
Sin embargo, detrás de este sufrimiento extremo, también hay historias de supervivencia y valentía, donde mujeres logran reconstruirse y recuperar su libertad a pesar de las cicatrices que dejan estos episodios.
Fuente: El País “Soy una superviviente de la violencia machista”

Una nota sobre la violencia digital
La violencia digital, también conocida como violencia en línea o ciber-violencia, es el uso de tecnologías y medios digitales para agredir, acosar o controlar a una persona, causando daño psicológico, emocional o social. Esta violencia se manifiesta en múltiples formas, como el ciberacoso (hostigamiento repetido por mensajes o imágenes), la difusión no consentida de contenido íntimo (porno venganza), la suplantación de identidad, el envío de amenazas, la creación de perfiles falsos, el seguimiento y control constante conocido como cyberstalking, y la violencia ejercida por parejas o exparejas a través de medios digitales. También incluye modalidades como la sextorsión, que es el chantaje con contenido sexual para obtener algún beneficio o control.
La violencia digital afecta especialmente a mujeres, niñas y adolescentes, y refleja y amplifica desigualdades y patrones de violencia machista en el entorno digital, con consecuencias graves para la víctima, desde daños en su reputación hasta riesgos para su integridad física y emocional. Se produce en redes sociales, aplicaciones de mensajería, correos electrónicos, plataformas de video y juegos en línea, utilizando tecnologías como teléfonos, computadoras y sistemas de geolocalización.
En resumen, la violencia digital es una ampliación de la violencia de género y otras violencias tradicionales al espacio digital, representando un desafío creciente de derechos humanos que exige prevención, protección y sanción específica. Fuente: UNED.
Libros recomendados
La literatura escrita por mujeres se ha convertido en una herramienta poderosa para nombrar, comprender y cuestionar la violencia machista, tanto desde la ficción como desde el testimonio y el ensayo. Compartimos algunas recomendaciones para leer y trabajar en torno al 25 de noviembre son:
- Por qué volvías cada verano, de Belén López Peiró: relato testimonial sobre el abuso sexual intrafamiliar, que visibiliza el silencio, la culpa impuesta y las dificultades para acceder a la justicia.
- «íbamos a ser reinas» de Núria Varela es una investigación rigurosamente documentada que aborda la violencia de género desde múltiples perspectivas. El libro desmonta mitos y errores comunes sobre la violencia contra las mujeres, explorando el miedo, las relaciones desiguales de poder en muchas parejas y las diversas formas de maltrato psicológico, judicial, social y familiar
- Ya no quiero ser valiente, de Mariana Morfin: novela basada en historias de víctimas de feminicidio, que da voz a las familias y muestra el impacto social de estos crímenes.
- “Las semillas de la violencia” de Luis Rojas Marcos. Reflexión sobre la violencia en la sociedad actual, sus causas, manifestaciones y los medios para evitarla. Rojas Marcos examina la crueldad entre las personas, explora los aspectos del carácter, sugiere estrategias preventivas y reflexiona sobre las tendencias altruistas naturales de las personas o los antídotos universales de la violencia.
- El cuento de la criada, de Margaret Atwood: distopía que explora un sistema teocrático donde el control sobre el cuerpo de las mujeres se lleva al extremo, útil para reflexionar sobre la violencia estructural y reproductiva.
- Algún amor que no mate, de Dulce Chacón: novela que aborda la violencia de pareja desde la subjetividad de una mujer maltratada, mostrando los mecanismos emocionales y sociales que dificultan la ruptura.
Documentales sobre el tema
Uno de los documentales más recomendados sobre violencia machista es «La violencia invisible», dirigido por María Gisèle Royo. Este documental destaca el maltrato psicológico hacia las mujeres, la forma más sutil y silenciosa de violencia de género. Relata testimonios reales de supervivientes y analiza la dificultad de identificar este tipo de agresión, la importancia del entorno para romper la ley del silencio y el proceso de sanación y empoderamiento de las víctimas.
Existen otros documentales muy valorados:
- No estás sola: la lucha contra la manada (Netflix): analiza el caso de ‘La Manada’ durante los Sanfermines de 2016 y el impacto social que tuvo la violencia sexual cotidiana.
- Las tres muertes de Marisela Escobedo (Netflix): denuncia los feminicidios en México y la lucha de una madre por conseguir justicia para su hija.
Todos estos documentales son herramientas de sensibilización muy útiles para comprender la realidad de la violencia machista desde el testimonio directo de las víctimas y la reflexión social. Si buscas una aproximación íntima y pedagógica, «La violencia invisible» es especialmente recomendable.